El poder psicológico de las fragancias

Fuente: Vogue.es
No sé si os pasará a vosotros, pero yo siento especial predilección por los estudios sobre los hábitos de la población. Qué comemos con más frecuencia, dónde compramos, cuánto tiempo tardamos en arreglarnos… Por cierto que en este último caso siempre salgo perdiendo con las estadísticas, porque la media se sitúa entre 10 y 30 minutos y yo (no puedo remediarlo) la supero con creces.

Pero claro, todo tiene su explicación, porque según datos oficiales de Colipa, Asociación Europea de Cosméticos, cada día 450 millones de personas en todo el mundo usamos una media de seis productos cosméticos: jabón, champú, acondicionador, desodorante, pasta de dientes y crema hidratante.

Así que claro, teniendo en cuenta mi extensa lista de productos a usar a diario “llamémoslo deformación profesional o puro placer- ahora entiendo por qué tampoco tardo 10 minutos en prepararme antes de salir de casa.


Detalles estadísticos aparte, también me han llamado la atención los motivos generales que nos llevan a usar cosméticos. Además de su obvio carácter práctico para resolver necesidades específicas, existe un componente emocional y psicológico muy importante que, a veces, pasamos por alto. Porque los cosméticos nos ayudan a ponernos guapos y a sentirnos bien con nosotros mismos, de forma que aumenta nuestra seguridad y, también, mejoran nuestras relaciones personales, además del placer obvio de relajación y armonía que implican este tipo de rituales.


Prueba de ello es el programa internacional Look Good… Feel Better, nacido en Estados Unidos y ahora establecido en varios países de Europa y con el que la industria cosmética apoya a mujeres enfermas de cáncer de una forma muy particular: con cursos de maquillaje y belleza para sentirse bien y aprender a combatir los efectos que los tratamientos de quimioterapia y radioterapia tienen en su piel, en sus uñas y en su cabello. Una iniciativa de lo más loable.

Por todo esto, hoy me permito el lujo de reivindicar gestos tan cotidianos como subir el tono del color de labios o del blush en esos días en los que no te levantas con el pie derecho, perfumarse para evocar determinados momentos de nuestras vidas o cambiar el color de pelo para sentirnos mejor.
Cuentanos por qué usas cosmeticos, tú opinión nos interesa.

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