La mayoría de vosotros que utilizais perfumes de marca blanca sabeis que se dividen en familias olfativas, según los distintos componentes que tengan. Lo que a lo mejor no sabíais es que las familias olfativas son establecidas por el Comité Francés del Perfume.
Las familias olfativas:
- hesperidada,
- floral,
- helecho,
- chipre,
- amaderada,
- ambarina y
- cuero.
Hoy vamos a hablar de la amaderada. La familia olfativa amaderada se corresponde con un aroma cálido
proveniente del sándalo, el pachuli, el cedro o el vetiver, al cual se le
añaden toques de lavanda y hesperidio. En la actualidad, el campo del perfume natural se
ha desarrollado en gran medida tomando como punto de partida esta familia olfativa.
En el ámbito masculino, y en concreto dentro de la producción de perfume de marca blanca, se utiliza de forma habitual pues estos productos poseen un
acabado seco muy atractivo.
Para la creación de los perfumes masculinos es muy utilizado. Si se mezcla con notas de ambar, se consigue un perfume amaderado acuático, esta combinación es muy querida por los hombres. Otra de las combinaciones más deseadas por el público masculino es cuando lleva una mezcla de lavanda, el gerranio, la pimienta o enebro consiguiendo una fragancia deportiva. Para conseguir el toque sensual los perfumistas los mezclan con el pomelo, la albahaca o el jazmín.
Pero esta familia olfativa también se utiliza como base para la composición de un
sinfín de perfumes femeninos. En estos casos, el ámbar, el sándalo, la canela o incluso el tabaco forman parte esencial del producto final. Las
maderas clásicas, como el cedro o el pino, se asocian con mujeres serenas y
tranquilas. Por su parte, el cuero aporta un contenido realmente cálido al
perfume mientras que los aromas más exóticos se consiguen usando sándalo o
ámbar. Por último, las maderas musgosas se asocian indisolublemente con la
tierra y la hierba