El siglo XX dio sus primeros pasos en Europa,
mirando con mucha atención a otros continentes como África y Oriente en busca
de novedades y éxito. Lo demuestran varias obras de los artistas Pablo Picasso
y Gaugin. Por supuesto, las joyas de Cartier no podían faltar. Louis Cartier y
su padre, Alfred, fueron fundadores de esta marca desde que en 1889 abriera su
primer establecimiento en el Nº13 de la Rue de la Paix, Paris. Una calle en la
que se encontraba también la perfumería Guerlain, entre otras muchas míticas
marcas.
Cartier era un auténtico artista, un hombre
culto y coleccionista de arte, un interés que plasmó con “Fundación Cartier”,
un espacio dedicado al arte. Su fuerte eran las joyas y las piedras preciosas.
Poco tiempo después, la firma fue tomando forma y se convirtió en un auténtico
creador de sus piezas.
Quizá, la joyería y la relojería empezaron a
ser poco y decidió entrar en el mundo de la perfumería, con esencias como: “Les
heures de parfum”, “eau de cartier”, “Must de Cartier”, “Baiser Volè” para
mujeres. Luego tenemos, en la
gama masculina: “L’envol de Cartier”, “Déclaration”, “Roadster”, “Pasha de
Cartier”, “Déclaration d’un soir”, “Eau de Cartier” y “Les heures de parfum”.
Pero hoy queremos hablarte de una fragancia
femenina muy especial que no hemos querido mencionar en la lista. Hablamos de
“La Panthere”.
Cartier es todo un clásico intemporal, pensado
para una persona distinguida, elegante y sofisticada. Un refinamiento oriental,
enigmático del ser humano que desafía al paso del tiempo y los pequeños
obstáculos que puedan interponerse en ese camino. Una fragancia que se mantiene
firme, lean y señorial.
La Panthere, de Cartier, es un
perfume de la familia olfativa Chipre Flora, dedicado a las mujeres. Es un
perfume con Notas de Salida como son ruibardo, frutos secos, bergamota y anís;
Notas de Corazón como gardenia, flor de Azahar del naranjo, pera, rosa e
ylang-ylang; por último, sus Notas de Fondo se componen de almizcle, musgo de
roble, pachuli y cuero.
La panthere es un aroma floral felino, nacido
del encuentro entre una resplandeciente gardenia y una tímida y delicada nota
de almizcle que lo hace un aroma muy sensual y sexy.
Las mujeres escondemos esa parte de gata
traviesa y felina, toda flor encierra notas animales en su corazón. Este
perfume promete un acorde inédito entre las flores y las sensaciones, como ya
he mencionado antes: “floral-felino”. Para la mujer femenina y atrevida, se
escogió explorar con mucha clase y majestuosidad la gardenia sensual, como
toque floral, y el almizcle, como toque animal suave y aterciopelado. Su
corazón dibuja una pantera elegante y reluciente.
Este perfume hace un buen equilibrio entre un
aroma personal con un carácter elegante y social, con líneas poco densas y una
estela controlada que puede emplearse sin restricciones en un ámbito especiado,
evitando su uso para hacer deporte.
El perfume comienza siendo floral, marcado por
la flor de azahar, seguida de un cremoso clásico de gardenia, teniendo durante
cinco minutos inclusiones frutales que dan una sensación de madurez y dulzor al
mismo tiempo, mezclando duraznos y damascos con un toque de grosella roja.
El siguiente paso de su potencial viene en su
fase media (30 minutos después de haberlo rociado), en el que aparecen las
rosas frías, que dan una sensación de cuero
madera, más cercana a las fragancias masculinas, incrementando la
cantidad de especiados amanerados al agua que rondan en principio la pimienta
rosada, pero hay pequeños toques picantotes de nuez moscada y cardamomo si nos
fijamos bien, que dan paso a un fondo dulce de la familia de la gardenia….