¿Crema efecto calor o crema efecto frío?



Una crema efecto calor genera un incremento de la temperatura en la zona en la que ha sido aplicada. Esta produce una vasodilatación que aumenta el flujo sanguíneo y acelera el metabolismo celular, produciendo un efecto sedante. Por su lado, una crema efecto frío hace el efecto contrario, disminuyendo la temperatura en la zona de aplicación, reduciendo el dolor y la inflamación.

Cómo actúan una crema efecto calor y una crema efecto frío

Cuando se realizan actividades físicas como los deportes, es normal emplear este tipo de productos con efecto térmico. El calor está pensado para preparar la zona para el ejercicio; el frío busca el descanso después del ejercicio físico. No obstante, conocerlas y saber cómo y cuándo utilizarlas es importante para realizar una terapia física adecuadamente, sin importar el deporte que se vaya a practicar.

Consejos de uso de cada una
La crema efecto calor se emplea antes del ejercicio. Sirve para aumentar la temperatura de los músculos y el riego sanguíneo. Según el tipo de deporte, se aplicará sobre unas zonas u otras, dependiendo del esfuerzo que vayan a soportar.
Por ejemplo, si se va a hacer tenis, se aplicaría sobre tobillos, rodillas, muslos, muñecas, etc.
La crema o gel efecto frío, por otro lado, se torna como un relajante tras la actividad física. Aportar frescor a los músculos que han estado sometidos a una tensión constante durante un tiempo.
Es importante usarla después de sesiones de crossfit o running, por ejemplo, para evitar una posible inflamación en hombros, rodillas, etc.

Si hay una lesión, ¿qué se recomienda?
Hay lesiones que mejoran con frío y otras con calor, pero ambas opciones pueden ser beneficiosas.
En caso de sufrir un dolor instantáneo justo después de un golpe o una caída, el frío alivia la sensación de dolor y ayuda bajar la hinchazón (si la hubiera).
En el caso del calor, se recomienda aplicarla para el dolor muscular o articular donde no haya inflamación o hinchazón.

¿Podrían no ejercer el efecto deseado?
Puede dar el caso de que, en algunas personas, las cremas efecto frío o calor no generen ningún tipo de sensación, o provocar justo la contraria. ¿Por qué ocurre esto?
Los mecanismos de acción de este tipo de productos no actúan calentando o enfriando, sino que contienen, en su fórmula, sustancias que avivan los receptores de la piel, y lo hacen a ciertos niveles de temperatura. Por ejemplo, los compuestos de alcanfor activan todo canal que detecte sensación de calor, mientras que el mentol lo hace con los fríos. 
El problema ocurre cuando, en ocasiones, los compuestos que activan los canales de sensación de calor, también lo hagan en los fríos, siendo una crema efecto calor que busca un efecto frío.

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